domingo, 18 de mayo de 2014

En una cajita de fosforos

Autora: María Elena Walsh

En una cajita de fósforos 
se pueden guardar muchas cosas.
Un rayo de sol, por ejemplo,
(pero hay que encerrarlo muy rápido,
si no, se lo come la sombra)
Un poco de copo de nieve,
quizá una moneda de luna,
botones del traje del viento,
y mucho, muchísimo más.
Les voy a contar un secreto.
En una cajita de fósforos
yo tengo guardada un lágrima,
y nadie, por suerte la ve.
Es claro que ya no me sirve
Es cierto que está muy gastada.
Lo sé, pero qué voy a hacer
tirarla me da mucha lástima
Tal vez las personas mayores
no entiendan jamás de tesoros
Basura, dirán, cachivaches
no se por qué juntan todo esto
No importa, que ustedes y yo
igual seguiremos guardando
palitos, pelusas, botones,
tachuelas, virutas de lápiz,
carozos, tapitas, papeles,
piolín, carreteles, trapitos,
hilachas, cascotes y bichos.
En una cajita de fósforos
   se pueden guardar muchas cosas.
    “Las cosas no tienen mamá.”
 

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